Historia General del Pueblo Dominicano Tomo V
112 Asalto de Trujillo al poder YHUGDG HV H[DFWDPHQWH OD RSXHVWD 'HVSXpV GHO VXFHVR GH IHEUHUR GH tiramos todos los bloqueos de caminos en su trayectoria que decentemente podíamos. Sabíamos lo que estaba por venir, nosotros en Santo Domingo KLFLPRV OR TXH SXGLPRV SDUD HYLWDUOR \ WDQ VROR IXH OD QR GLVSRVLFLyQ GH Washington de adoptar una clara posición pública contra él lo que le per- mitió a Trujillo imponer su despotismo sobre la República Dominicana (es interesante notar que en las elecciones dominicanas de 1978, cuando las Fuerzas Armadas trataron de impedir la escogencia presidencial del pueblo dominicano, Washington reaccionó de manera bastante similar a como lo hicimos nosotros en la Legación en 1930). Tal vez Washington tenía razón en 1930. La intervención había llegado a tener una sucia reputación en América /DWLQD 1R KD\ IRUPD HQ TXH KXELpVHPRV SRGLGR SDUDU D 7UXMLOOR H[FHSWR rehusando entregarle los ingresos aduanales y eso hubiese tenido que ser DSR\DGR SRU OD IXHU]D 3UREDEOHPHQWH QRV HTXLYRFDPRV HQ OD GHFLVLyQ GH enviarme para darle un ultimátum a Trujillo. (En la discusión con Trujillo en la Fortaleza el 1 de marzo de 1930). En la diplomacia no es inteligente limitar las opciones que uno tiene. No es inteligente darle al opositor una clara vi- VLyQ GH QXHVWUDV LQWHQFLRQHV 1R HV LQWHOLJHQWH IDQIDUUHDU < VLQ HPEDUJR VL no hubiese sido por la intervención de Estrella Ureña, creo que hubiésemos WHQLGR p[LWRª 93 L A ACTITUD DE LA PRENSA ANTE EL GOLPE En el libro (O GH IHEUHUR GH R OD PiV DQXQFLDGD UHYROXFLyQ GH $PpULFD VH H[SOLFD TXH HQWUH \ IHEUHUR GH SRU OR PHQRV GLH] \ RFKR DUWtFXORV GH SUHQVD SUHGLMHURQ HO JROSH GH (VWDGR GH 7UXMLOOR 3UiFWLFDPHQWH WRGRV IXH - ron publicados en /D ,QIRUPDFLyQ de Santiago. Una vez se dio la revolución solo el /LVWtQ 'LDULR PDQLIHVWy KRVWLOLGDG hacia Trujillo, tanto así que el día en que se celebraron las «elecciones» esa noticia no apareció en el periódico, mientras los otros la anunciaban con júbi- lo. Un pequeño periódico de Santiago continuó criticando a Trujillo hasta su clausura, en 1931.
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