Historia General del Pueblo Dominicano Tomo V
Historia general del pueblo dominicano 89 XQD TXHMD RÀFLDO \D TXH HVR DYHUJRQ]DUtD PXFKtVLPR D WRGRV ORV DIHFWDGRV pero que él y su partido no sentían en estos momentos que canales diplomá- ticos no sesgados estuviesen abiertos para ellos poder llegar hasta el gobierno de Washington y que el tiempo era muy corto, apenas seis semanas». Once días antes de esa reunión, el 17 de marzo, Curtis había pedido au- torización a Washington para él declararle a Trujillo que no sería aceptado como presidente, pero el 19 Washington se negó a darla y le había pedido que WUDWDUD GH SHUVXDGLUOR HQ FRQYHUVDFLyQ SULYDGD DGHODQWiQGROH TXH VL IUDFDVD - ba la propuesta de Curtis y Trujillo ganaba las elecciones, sería reconocido. Luego veremos las razones que había tras esta posición. Con relación a la actitud de Curtis y Cabot, Cutts respondió a Trujillo: «Que tenía que estar equivocado al asumir que la actitud de los represen- tantes del Departamento de Estado era como él lo declaraba y que no podía H[LVWLU XQ SUHMXLFLR UHDOª D OR TXH 7UXMLOOR FRQWHVWy ©4XH GH KHFKR QR HUD XQ DVXQWR GH RSLQLyQ SULYDGD VLQR GH FRQRFLPLHQWR S~EOLFRª /XHJR VH UHÀULy a un incidente que había tenido lugar en la Fortaleza pocos días después de la toma de posesión por parte de Estrella Ureña. Cabot había llegado allí sin anunciarse y le había dicho a Trujillo con violencia: «General Trujillo, usted nos ha demostrado que es totalmente incapaz de proteger la paz, la VHJXULGDG GH OD UHS~EOLFD SRU OR TXH OD /HJDFLyQ DPHULFDQD H[LJH GH XVWHG su renuncia inmediata como comandante del Ejército». Trujillo le contes- Wy SUHJXQWDQGR ©¢&RQ TXp DXWRULGDG XVWHG YLHQH DTXt FRQ XQD H[LJHQFLD como esa? ¿Cree usted que el Gobierno americano puede dictarle a otro gobierno, a través de su representante, quién comandará o no comandará VXV IXHU]DV" 1R HV DVXQWR VX\R QL GH ORV (VWDGRV 8QLGRVª 'H LQPHGLDWR mandó a buscar a Estrella Ureña y, mientras tanto, Cabot hizo «otros co- mentarios muy personales» y Trujillo le dijo: «Que como esos comentarios eran personales, lo resolveríamos personalmente». Llegado Estrella Ureña y enterado del intercambio, el presidente apoyó todo lo que había dicho 7UXMLOOR 0iV WDUGH VLHPSUH VHJ~Q 7UXMLOOR HVWR IXH PHQFLRQDGR DO PLQLVWUR Curtis, quien dijo «que él no esperaba que el señor Cabot hubiese manejado HO DVXQWR MXVWR GH HVD IRUPD OR FXDO PH LQGLFDED FODUDPHQWH D Pt 7UXMLOOR TXH WHQtD FRQRFLPLHQWR VREUH HO HVIXHU]R SRU IRU]DU PL VDOLGD D WUDYpV GHO disgusto del Gobierno americano». Trujillo continuó diciendo: «Que el señor Curtis le había dicho personal- mente que él era el único obstáculo en la ruta que quería seguir la Legación SDUD UHVROYHU HO DVXQWR D VDWLVIDFFLyQ VX\D \ S~EOLFDPHQWH KD KHFKR HVDV DÀUPDFLRQHV HQ PXFKRV OXJDUHV \ HQ PXFKDV RFDVLRQHVª 7UXMLOOR WDPELpQ dijo que: «Curtis había declarado amplia y públicamente que el Gobierno
RkJQdWJsaXNoZXIy MzI0Njc3